LAS CUATRO BESTIAS DE LA COSMOLOGIA CHINA


Las cuatro bestias mitológicas de la astronomía china representan los cuatro puntos cardinales, los cuatro elementos naturales y las cuatro estaciones del año: el Dragón Azul en el este, la Tortuga Negra en el norte, el Tigre Blanco en el oeste y el Ave Bermellón en el sur.

Desde tiempos remotos la astronomía china se ha manifestado mediante una forma de expresión que incluye a los conocidos como Cuatro Símbolos. Se trata de cuatro bestias mitológicas, que a veces llegan a cinco, y que representan en sí mismas los cuatro puntos cardinales, los cuatro elementos naturales y las cuatro estaciones del año. Cuatro seres que aparecen de manera constante en la cultura popular china y que cuentan con una larga y a veces desconocida historia.

La astronomía tradicional china divide las constelaciones en 28 mansiones, que reflejan el movimiento de la luna alrededor de la tierra, y que sirven para su localización y uso en el calendario. A su vez se subdividen en cuatro grupos de siete mansiones llamados Cuatro Símbolos, cada uno representado por una entidad animal: el Dragón Azul en el este, la Tortuga Negra en el norte, el Tigre Blanco en el oeste y el Ave Bermellón en el sur.

Estas cuatro bestias o símbolos, como se les suele llamar normalmente, forman parte de un corpus muy antiguo que se extiende desde la Prehistoria hasta hoy en día, de ahí su importancia en la mitología y el folklore chino. Existiría una quinta bestia, Huanglong, un dragón de tierra amarillo, que representaría el centro del universo guardado por los Cuatro Símbolos.

Dragón Azul.


La primera de estas bestias es el Dragón Azul o Qinglong que aparece representado por un largo cuerpo serpenteante y escamas de color azul intenso. Es el símbolo del este, por ello es posible que su color tenga que ver con el azul que podemos ver en el océano Pacífico. Junto al Tigre Blanco, es uno de los más importantes, pues aparece en tumbas del periodo Neolítico o incluso en banderas como la de China durante las últimas décadas de la dinastía Qing. Está vinculado a la primavera y al elemento natural de la madera. 

Tigre Blanco

En el oeste, encontramos al Tigre Blanco o Baihu, que representa el otoño y el metal. Su color blanco parece provenir de la meseta tibetana, por sus altas montañas y su nieve permanente. Su ferocidad y potencia le convirtieron en espíritu protector y en parte del mundo asiático hasta el punto que podía encontrarse en la entrada de los templos.

Tortuga Negra

El norte lo representa la Tortuga Negra o Xuanwu, caracterizada por ser una gran tortuga de cuya parte trasera surge una serpiente. Desde la antigüedad la tortuga ha sido símbolo de longevidad y así queda demostrado por objetos de jade con la forma de este animal que han aparecido en multitud de yacimientos arqueológicos en China. A este animal se le vincula en la bóveda celeste al invierno y al agua.

Ave bermellón

Finalmente, el Ave Bermellón o Zhuque cierra el círculo protegiendo el sur celestial. Espíritu del verano y del fuego, su color rojo sin duda representa las altas temperaturas del sur de China.
Historia de los Cuatro Símbolos

Hay constancia histórica de estas bestias desde el Neolítico. En el yacimiento de Xishuipo, en la actual provincia de Henan, se encontraron representaciones del Dragón Azul y del Tigre Blanco. Se trata de un enterramiento de cuatro cadáveres, un adulto y tres jóvenes, posiblemente uno de ellos sacrificado. El adulto forma el elemento principal de la composición. Con la cabeza dirigida hacia el sur y los pies hacia el norte, al este se recreó la figura del dragón y al oeste la del tigre, realizadas todas ellas por conchas de cauri.

Yacimiento de Xishuipo, provincia de Henan.

Según los análisis, este enterramiento tuvo lugar durante la cultura Yangshao, que se extendió por el río Amarillo entre el 5000 y el 3000 a.C. La posición del esqueleto adulto y las figuras que lo acompañan han creado mucha discusión entre los especialistas, pero no cabe duda que durante esta época ya existía una preocupación por el devenir y posiblemente a su vez una vinculación con la muerte. Tal vez el tigre y el dragón eran considerados espíritus protectores que podrían ayudar al difunto en su viaje al más allá.

Pero estas representaciones antiguas del dragón y el tigre no acaban aquí. Durante el periodo de los Reinos Combatientes (475-221 a.C.), ambos animales vuelven a aparecer en otra sepultura. Esta vez no se trata de un ornamento hecho con conchas sino de un cofre de madera lacada, datado en el 433 a.C. y procedente de la tumba del marqués Yi de Zeng, que contuvo la ropa del difunto. En este enterramiento se han encontrado gran multitud de objetos de bronce, instrumentos musicales y campanas que indican que el propietario era un personaje importante de la sociedad del momento.

En esta sepultura se puede observar la misma disposición que en la de las dos bestias de Xishuipo, con una representación de la estrella polar donde se encuentra el esqueleto adulto. De nuevo se aprecia esta conexión con los astros y las constelaciones que permanecerá hasta la actualidad. A partir de la dinastía Han, la Tortuga Negra y el Ave Bermellón se incorporaron al grupo convirtiéndose así en los Cuatro Símbolos de la constelación que completan el panteón de estas bestias sagradas.

Publicado originalmente en: Revista Instituto Confucio.
Número 48. Volumen III. Mayo de 2018.

LOS NOMBRES TABÚ



<<  Entre las cosas inexpresables en varias culturas se ha contado tradicionalmente los nombres de deidades, seres infernales, animales y plantas totémicos; los nombres de los parientes consanguíneos del sexo opuesto (una prohibición relacionada con las restricciones al incesto); el nuevo nombre que se le otorga a un chico durante su iniciación; los nombres de ciertos órganos corporales; los nombres de las personas que han muerto recientemente; los nombres de objetos sagrados, actos profanos, líderes de sectas y de las mismas sectas. Hay que usar sustitutos dobles de esos nombres. Palabras en clave diseñadas con cuidado. Variantes tabú. Hay que hacer juramentos solemnes. Se establece toda una burocracia de la maldición, el azote y el castigo para disuadir de decir lo indecible. Se confía en los copistas de manuscritos para que recurran a la modalidad más estricta de la artería transliteral. Ninguna escritura que afecte a la existencia de un tema secreto puede escapar ella misma al secretismo, y con el tiempo se acaba confiriendo un culto ya no solamente a la figura primaria sino también al documento. A menudo se esconde más de una persona en la sombra generativa del líder de la secta, y tampoco se pueden revelar los nombres de ninguno de quienes lo siguen, salvo en la medida en que los proporciona el patrón estructural en sí mismo, por primitivo que sea su diseño o por infantil que sea su reivindicación de un principio de ordenación científico.  >>

Don DeLillo, "La Estrella de Ratner"



LOS DESPOSORIOS DE LA VIRGEN

Fresco de la Basílica de Keinmariazell (Austria) de Johann Baptist Wenzel Bergl (1765)

Tapiz de la Colegiata de Nôtre Dame de Beaune. Desposorios de la Virgen, de la colección "Tapisseries de la Vierge"

Vidriera de la Basílica de Saint Urbain de Troyes. Vidriera realizada a mediados del siglo XIX según copia de una del XIII
Giotto di Bondone. Entrega de las Varas en el templo, de la serie "Vida de la Virgen" (1303)
Giotto di Bondone. Los desposorios de la Virgen, de la serie "Vida de la Virgen" (1304)
Giotto di Bondone. El cortejo nupcial de la serie "Vida de la Virgen" (1303)
Bernardo Daddi. Los desposorios de la Virgen (1338)

Niccola di Buonacorso. Los desposorios de la Virgen (1380)

Lorenzo Monaco. Los desposorios de la Virgen (1420-1424)

Robert Campin. Los desposorios de la Virgen (1420)

Meister des Marienlebens (s. XV)

Domenico Ghirlandaio. Los desposorios de la Virgen (1486-1490)

Pietro Perugino. Los desposorios de la Virgen. (1503)

Rafael Sanzio . Spozalizi. (1504)

Domenico Beccafumi, Los desposorios de la Virgen (1517)

Rosso Fiorentino. Sposalizio della Vergine (1523)

Ludovico Carrazzi. Desposorios de la Virgen (1587)

Lucca Giordano. Los desposorios de la Virgen (1688)

Fra Angelico. Sposalizio della vergine, predella annunciazione de Cortona (1433)

Fra Angelico. Sposalizio della vergine. (1431)





LOS ANAGRAMAS DE GALILEO



<<  En agosto de 1610, Galileo envió un mensaje secreto al embajador toscano en Praga, Julián de Médicis. El texto, una incomprensible secuencia de treinta y siete letras (aunque de la 13 a la 17 se lea la palabra poeta), anagrama de la frase que anunciaba su último descubrimiento astronómico, era el siguiente:

SMAISMRMILMEPOETALEUMIBUNENUGTTAURIAS

Con este artificio, Galileo salvaguardaba la paternidad de su descubrimiento sin revelarlo abiertamente, cosa que no hizo hasta tres meses más tarde. El significado oculto de su mensaje era:

ALTISSIMUM PLANETAM TERGEMINUM OBSERVAVI.

(He observado el planeta más alto en triple forma.)

El planeta más alto era Saturno (Urano, Neptuno y Plutón aún no habían sido descubiertos), y Galileo, a causa de la insuficiente potencia de su telescopio, había tomado los extremos de su anillo por un par de satélites.

Mientras tanto, Kepler había intentado descifrar el anagrama y llegado a una solución que él mismo calificó de «bárbaro verso latino»:

SALVE UMBISTINEUM GEMINATIUM MARTIAS PROLES

(Salve, furiosos gemelos, prole de Marte.)

Así, Kepler llegó a la conclusión de que Galileo había descubierto un par de satélites marcianos. Lo asombroso del caso es que, como hoy sabemos, Marte tiene, efectivamente, dos pequeñas lunas; pero ni Kepler ni Galileo podían tener la menor idea de su existencia, pues para distinguirlas hubieran necesitado un telescopio muchísimo más potente que los de la época. Y esto no es sino la mitad de la historia.

En diciembre de ese mismo año, Galileo envió otro anagrama a Julián de Médicis. Esta vez era una frase inteligible:

HAEC IMMATURA AMEIAM FRUSTA LEGUNTUROY

Un mes más tarde, Galileo reveló al embajador la solución del anagrama:

CYNTHIAE FIGURAS AEMULATUR MATER AMORUM

(La madre del amor emula las formas de Cynthia.)

La «mater amorum» era, naturalmente, Venus, y Cynthia, la Luna. Galileo había descubierto que el segundo planeta mostraba unas fases cíclicas análogas a las lunares (lo cual constituía una prueba de que giraba en torno al Sol).

También en este caso había intentado Kepler descifrar el anagrama, y otra vez había hallado una solución distinta:

MACULA RUFA IN IOVE EST GYRATUR MATEM, ETC.

(En Júpiter hay una mancha roja que gira matemáticamente.)

¡Y de nuevo la «falsa» solución de Kepler resultaba verdadera! En Júpiter hay, efectivamente, una gran mancha roja que gira de forma regular, «matemática», y que no sería descubierta hasta 1885, dos siglos y medio después, cuando se perfeccionó el telescopio reflector de Newton. ¿Cómo explicar esta doble coincidencia? La probabilidad de que un anagrama de más de treinta letras admita por puro azar una segunda reordenación significativa, y que ese significado intruso se corresponda con un hecho real desconocido en el momento de redactar y descifrar el mensaje, es tan pequeña que obliga a pensar en una explicación oculta. Y que ello ocurra dos veces seguidas roza lo milagroso. La posibilidad de que Galileo tuviese un telescopio secreto, mucho más potente que los de su época, es del todo inverosímil.

El telescopio reflector fue inventado por Newton varias décadas después de la muerte de Galileo, y sólo a mediados del siglo XIX se perfeccionó lo suficiente como para ver la mancha roja de Júpiter o los satélites de Marte (que no fueron descubiertos hasta 1877). Aunque Galileo hubiese inventado el telescopio reflector y mantenido su invento en secreto (cosa de por sí increíble), la tecnología de su época no le hubiera permitido construir un instrumento de la potencia necesaria. 

Intentemos otra explicación, aunque apenas menos inverosímil. Supongamos que, del mismo modo que hay un superego, existe un superid o superello, es decir, un conjunto de funciones inconscientes altamente estructuradas, que pueden aprovechar con plena eficacia la capacidad cerebral (al parecer muy infrautilizada) para procesar el enorme volumen de datos subliminales que la conciencia no registra. Con una información y una capacidad operativa muy superiores a las conscientes, el superello podría alcanzar resultados aparentemente milagrosos. Los grandes genios de la ciencia y el arte, así como ciertos profetas, videntes y místicos, podrían ser personas que ocasionalmente captaran, como fulgurantes iluminaciones, las conclusiones del superello, que normalmente sólo llegarían a la conciencia de forma vaga e insegura. Si, como dice Lacan, el inconsciente está estructurado como un lenguaje, el superello podría estar estructurado como un meta-lenguaje: sus conclusiones serían poéticas en el sentido más amplio del término, incluyendo en la poesía las audacias matemáticas. Ahora bien, ¿cómo explicaría la teoría del superello los mensajes ocultos en los anagramas de Galileo? Dicho de otra forma: ¿qué datos subliminales podrían haberle permitido llegar a conclusiones que estaban tan lejos de sus posibilidades de observación? 

En el caso de la mancha de Júpiter, se puede reducir el problema a otro algo menos abstruso: si, de alguna manera, Galileo hubiese llegado a la conclusión de que Júpiter era un gigante gaseoso, habría podido deducir que en su superficie tenía que formarse una turbulencia giratoria como la gran mancha roja, por consideraciones puramente topológicas. Concretamente, por el llamado «teorema del punto fijo», que demuestra, entre otras cosas, que en todo momento ha de haber en la Tierra un punto donde el viento está en calma, y que una esfera peluda no se puede peinar con todo el pelo alisado, sin formar al menos un remolino (la mancha giratoria de Júpiter sería el equivalente del remolino). En cuanto a las lunas de Marte, pudo «deducir» que eran dos por un razonamiento inconsciente de índole más matemática que astronómica: si Venus no tiene ningún satélite, la Tierra tiene uno y Júpiter cuatro (eso se creía entonces), Marte, que es el planeta intermedio entre estos últimos, debería tener dos para que la progresión fuese regular. Si admitimos la posibilidad de que Galileo llegara a estas conclusiones en función de su hipotético superello, la construcción (consciente o inconsciente) de anagramas de doble significado se convierte en una tarea todo lo compleja que se quiera, pero deja de ser un misterio de apariencia sobrenatural. 



Por inverosímil que sea (y lo es mucho) la teoría del superello, no lo parece tanto como la posibilidad de que los segundos mensajes ocultos en los dos anagramas de Galileo fueran fruto del puro azar. Lo cual no significa, por supuesto, que la teoría sea correcta; ni que, de serlo, constituya la auténtica explicación de este enigma.



NOTA:  En uno de sus viajes, Gulliver visita la isla volante de Laputa, cuyos astrónomos le cuentan que han descubierto dos pequeños satélites que giran alrededor de Marte, uno de ellos a una distancia igual a tres diámetros del planeta. Tres diámetros marcianos son unos 20.000 kilómetros, que es precisamente la distancia de Deimos, el menor de los dos satélites, a Marte. Ahora bien, Swift escribió Los viajes de Gulliver a principios del XVIII, casi dos siglos antes de que Hall descubriera las diminutas lunas marcianas. ¿Existía en algún lugar información relativa a los satélites de Marte antes de su descubrimiento oficial, y tanto Galileo como Swift la obtuvieron de esa misteriosa fuente? ¿Fue esta misma fuente hipotética la que reveló a Galileo la existencia de la mancha roja joviana? No es nada verosímil. Pero tampoco lo es tal coincidencia de coincidencias alrededor de un par de lunas y un par de anagramas. >>



Carlo Frabetti, El Gran Juego

EL ORIGEN DE LA ASTROLOGIA según Isaac Newton


Detalle del techo astrológico de la tumba de Seti I, hijo de Ramsés I y segundo rey de la Dinastía XIX


<< Después de que el estudio de la Astronomía fue establecido para el uso de la navegación, y los egipcios, mediante el ascenso y descenso heliacal de las estrellas, hubieron determinado la longitud del año solar de 365 días, y mediante otras observaciones hubieren fijado los solsticios, y formado las estrellas fijas en asterismos (grupo de estrellas), todo lo cual fue hecho en los reinos de Ammon, Sesac, Orus y Memnon, alrededor del -1000, se puede suponer que siguieron con la observación los movimientos de los planetas, ya que ellos les llamaron con los nombres de sus dioses; y Nechepsos, o Nicepso, Rey de Sais, en el -772, mediante la asistencia de Petosiris, un sacerdote de Egipto, inventó la Astrología, cimentándola sobre los aspectos de los planetas, y las cualidades de los hombres y mujeres a quienes estaban dedicados. 

Y en el comienzo del reino de Nabucodonosor, Rey de Babilonia, cerca de la época en que los etíopes, bajo Sabacon, invadieron Egipto, en el -751, aquellos egipcios que huyeron de él a Babilonia, portaron con ellos el año egipcio de 365 días, y el estudio de la Astronomía y la Astrología y fundaron la era de Nabucodonosor, fechándola a partir del primer año del reino de ese rey, el -747, y comenzando el año en el mismo día con los egipcios por el bien de sus cálculos. Así Diódoro: "dicen que los caldeos en Babilonia, siendo colonias de los egipcios, se volvieron famosos por la Astrología, habiéndola aprendido de los sacerdotes de Egipto”. >>


Isaacv Newton en Cronología







BASIL VALENTINE EN "Los Reconocimientos"



<<  La gente más original se ve obligada a dedicar todo su tiempo a plagiar. Su único problema es que si tienen una chispa de ingenio o sabiduría no se la reconocen. La maldición de la inteligencia >>


William Gaddis, "Los Reconocimientos"


LA SABIDURÍA... (Manly P. Hall)


<< Antes de la sabiduría debe llegar la capacidad de la sabiduría. El entendimiento es solo posible para un organismo que se ha entrenado para entender; y uno no se entrena solamente deseando, suspirando, escuchando. Como un atleta debe entrenarse para tener un alto rendimiento corporal, así también el estudiante de filosofía debe poner sus pensamientos, emociones y acciones bajo una disciplina especializada si es que quiere lograr fuerza filosófica. >>


Manly P. Hall, Words of the Wise

EL ACUARIO DE PTOLOMEO



Acuario (el portador del Agua o ánfora), es una de las 88 constelaciones reconocidas por la astronomía moderna, descrita por Claudio Ptolomeo. Su símbolo representa el flujo del agua.

De todo el zodiaco, Acuario es una de las constelaciones reconocida con mayor antigüedad. Los sumerios le dieron este nombre a la constelación, en honor a su dios An, que derrama el Agua de la Inmortalidad sobre la Tierra. Se encuentra en una región comúnmente llamada el Mar o Aqua por estar rodeada de constelaciones acuáticas tales como Cetus, Piscis, Eridanus.

A veces se consideraba a Eridanus como un río que fluía con las aguas de Acuario; en esos casos Aquarius miraba a Eridanus (lo que requería cambiar de ángulo y conexión de las estrellas de Acuario para que sus aguas fluyeran hacia Eridanus).

Eridanus se relacionaba sobre todo con el mito de Faetón, quien tomó el carro volador de Helios (el Sol), pero no tuvo la fuerza suficiente para controlarlo, y se fue en diferentes direcciones. El resultado es que a veces el carro se acerca mucho a la tierra, creando desiertos y quemando la piel de los humanos (un mito que explica la piel de los etíopes). Zeus intervino derribando a Faetón con un rayo. La constelación fue considerada originalmente como parte del camino atravesado por Faetón; después fue considerada como el río en que cayó: el Erídano. Los mitógrafos antiguos discutían si se trataba del río Po o del Nilo. Los egipcios identificaban la constelación con el Nilo; los babilonios, con el Éufrates.

El río Eridanus






LAS ESTRELLAS DE ACUARIO


Sadalsuud: deriva de la expresión árabe سعد السعود (Sa'd al Su'ūd), que significa "Afortunado de los afortunados".

Sadalmelik:  proviene de la expresión árabe سعد الملك (Al Saʽd al Malik), "Suerte del Rey", aunque a veces aparece como Al Saʽd al Mulk, "Suerte del Reino"; este último título fue utilizado por Abu-Yahya al-Qazwiní y Ulugh Beg para designar a esta estrella.

Enif (o Enf o Enir): provienen de la palabra árabe al Anf, La Nariz, por su posición en el hocico del caballo alado. Fum al Faras, traducido como La Boca del Caballo, y Al Jahfalah, El Labio, fueron otros nombres que recibió esta estrella.

Skat: proviene de la palabra árabe a' Saq, cuyo significado es Pierna o Espinilla. Sin embargo, se ha sostenido que su verdadero origen deriva del árabe ši'At, Deseo.

Sadachbia o Sadalachbia: Su nombre proviene del árabe Sa'd al-Akhbiyah y significa Estrella Afortunada de las Viviendas, aunque también ha sido interpretado como Estrella Afortunada de las Cosas Escondidas.

Sadaltager (o Altager): del árabe سعد التاجر sa‘d al Tājir, o La Suerte del Mercader. En el catálogo estelar Calendarium de Al Achsasi Al Mouakket, esta estrella fue designada Achr al Achbiya (أجر ألأجبية - akhir al ahbiyah), que fue traducido al latín como Postrema Tabernaculorum, que significa El Final de la Suerte del Mercado (o o de las Viviendas).

Hydor: Su nombre proviene del griego antiguo ‘υδωρ y significa Agua. También recibe el nombre de Ekkhysis.

Albali

Ancha:, Cadera en latín medieval, tiene su origen en la posición que la estrella ocupaba en la figura de Acuario, el portador del agua; sin embargo, en la mayor parte de los atlas modernos aparece situada en el cinturón delante de la figura.

Seat: es un nombre que data del siglo XVII y alude al significado de Sadachbia como Estrella Afortunada de las Cosas Escondidas.

Las demás, hasta 56, tienen nombres que carecen por completo de interés para mi...


El conocido mito identifica a Acuario, que también era conocido como Escanciador, con Ganimedes. Ganimedes es hijo de Laomedonte, rey de Troya. Su padre le encargó la tarea de guardar los rebaños en las montañas. Era, según los relatos, uno de los mortales más hermosos, de una forma tal que Zeus, padre de los dioses, se enamoró perdidamente de él y convirtiéndose en águila (otra constelación) lo raptó y lo llevó al Olimpo. Como compensación Zeus regaló al padre del muchacho unos corceles divinos inmortales. En el Olimpo Ganimedes se convierte en el Copero Divino encargado de servir a los dioses.

Acuario generalmente representa la figura de un hombre, y cuando se consideran las estrellas que para un ser humano son muy tenues o indistintas de ver, toma la figura de un hombre con una jarra la cual derrama al río Eridanus.

Acuario también ha sido identificado como Deucalión, el que se salvó junto a su esposa Pirra del diluvio universal enviado por Zeus, en la versión griega del mito.










ATLAS FARNESIO

Atlas Farnesio, escultura en mármol conservada en el Museo Arqueológico Nacional de Nápoles.

El Atlas Farnesio es una escultura en mármol de 2,1 metros de alto, cargando un globo de 65 centímetros de diámetro. Cabeza, brazos y piernas corresponden a una restauración realizada en el siglo XVIII. Representa al titán Atlas condenado por Zeus a soportar el peso del cielo, que carga sobre sus espaldas, apoyando la rodilla derecha sobre el pico de una montaña. 

El globo muestra en superficie una serie de bajorrelieves con cuarenta y una o cuarenta y dos constelaciones de las cuarenta y ocho que distinguía en el siglo II de nuestra era Claudio Ptolomeo en el Almagesto.



<< Sin embargo, a mí se me desgarra el corazón por el valeroso Odiseo, el desventurado, que todavía lejos de los suyos sufre pesares en una isla batida por las olas, allí donde está el ombligo del mar, isla boscosa donde tiene su morada una diosa, la hija del temerario Atlante, quien conoce los abismos del mar todo y que aguanta él solo las enormes columnas que mantienen a distancia la tierra y el cielo.

Su hija retiene al infeliz, que se lamenta, y una y otra vez lo embelesa con suaves y taimadas palabras para que se olvide de Ítaca. Por su parte, Odiseo, que anhela incluso el ver el humo que se levanta de su tierra, siente deseos de morir. >>

Homero, Odisea (I, 52)



<< Tras una fiesta de despedida, Heracles partió por mar hacia Marruecos y, al llegar a Tánger, caminó tierra adentro hasta el lugar donde Atlas, el titán rebelde, sostenía la bóveda celeste. Heracles le preguntó:

—Si me hago cargo de tu trabajo durante una hora, ¿querrías recoger para mí tres manzanas del árbol de tus hijas?
—Claro —dijo Atlas—, si tú matas antes al dragón que nunca duerme.

Heracles apuntó con su arco por encima del muro del jardín y mató al dragón. Luego, se puso de pie detrás de Atlas y, separando las piernas, se colocó todo el peso de la bóveda celeste sobre la cabeza y los hombros. Atlas trepó por el muro, saludó a sus hijas, robó las manzanas y le gritó a Heracles:

—Hazme el favor de quedarte aquí un poco más, mientras le llevo estas tres manzanas a Euristeo. con mis enormes piernas, estaré de vuelta dentro de una hora.

Heracles, que sabía que Atlas nunca entregaría las manzanas a Euristeo y que su idea era la de rescatar a los demás titanes para empezar una nueva rebelión, simuló que le creía.

—Encantado —contestó—, pero antes sosténme un momento el peso, mientras doblo esta piel de león y me hago un cojín para la cabeza.

Atlas dejó las manzanas en el suelo e hizo lo que le pedía Heracles. Éste entonces recogió las manzanas y, antes de irse, le dijo:

—Has intentado engañarme —le comentó, riéndose—, pero yo te he engañado a ti. ¡Adiós! >>

Robert Graves, Dioses y héroes de la Antigua Grecia.




LA NINFA CLORIS




<<  Cloris era, ninfa de las llanuras felices, donde sabes que antes afortunados hombres tenían su medio de vida; modesta como soy, se me hace duro exponer la belleza que tuve. Pero esa belleza le encontró a mi madre un dios por yerno. Era primavera; yo iba paseando; el Céfiro me descubrió, yo iba a alejarme. Me persiguió, yo huía; él era más fuerte. Y el Bóreas, que se había atrevido a llevarse un botín de la casa de Erecteo, había dado a su hermano pleno derecho para el pillaje. Sin embargo, enmendó su acto violento, dándome el nombre de esposa, y no tengo queja ninguna de mi matrimonio. Gozo de una primavera eterna: el año está siempre sonriente, los árboles tienen siempre hojas, la tierra siempre pastizales. Tengo en los campos que constituyen mi dote un jardín exuberante: el viento lo respeta, una fuente de agua cristalina lo riega. Mi marido cubrió este jardín de flores generosas y me dijo: “Tú, diosa, ostenta la soberanía de las flores”. Yo quise muchas veces contar la serie de colores y no pude; su cantidad sobrepasaba la cuenta. Tan pronto como la escarcha y el rocío se sacudieron de las hojas y el follaje variado se entibió con los rayos del sol, acudieron las Horas, embutidas en sus ropas variopintas, y recogieron mis regalos en ligeros canastillos. Al punto se aproximaron las Cárites y tejieron coronas y guirnaldas que sirviesen para ceñir las cabelleras de los celestiales. Fui la primera en desparramar a lo ancho de los pueblos las nuevas simientes. Antes la tierra tenía un solo color. >>


Ovidio, Fastos, 5.197-222 (trad. B. Segura Ramos)

Sandro Boticelli: Flora, Cloris y Céfiro